Y Por otra parte, a todos y cada individualidad de los que continuaren interpretando las mencionadas Constituciones o decretos, de suerte que anulen el cortesía cubo por éstas a dicha sentencia y fiesta o culto tributado conforme a ella, u osaren promover una disputa sobre esta misma sentencia, fiesta o culto, o charlar, predicar, tratar, disputar contra estas cosas de cualquier forma, directa o indirectamente o con cualquier pretexto, aún examinar su definibilidad, o de anotar o interpretar la Sagrada Escritura o los Santos Padres o Doctores, finalmente con cualquier pretexto u ocasión por escrito o de palabra, determinando y afirmando cosa alguna contra ellas, O aduciendo argumentos contra ellas y dejándolos sin alternativa, Ya discutiendo de cualquier otra manera inimaginable; fuera de las penas y censuras contenidas en las Constituciones de Sixto IV, a las cuales queremos someterles, y por las presentes les sometemos, queremos asimismo privarlos del permiso de predicar, adivinar lecciones públicas, o de enseñar, y de interpretar, y de voz activa y pasiva en cualesquiera elecciones por el hecho de comportarse de ese modo y sin otra explicación alguna en las penas de inhabilidad perpetua para predicar y topar lecciones públicas, enseñar e interpretar; y que no pueden ser absueltos o dispensados de estas cosas sino por Nos mismo o por Nuestros Sucesores los Romanos Pontífices; y queremos asimismo que sean sometidos, y por las presentes sometemos a los mismos a otras penas infligibles, renovando las Constituciones o decretos de Paulo V y de Gregorio XV, arriba mencionados.
, como en la Seguridad explícitamente confesada antaño del siglo XI con innumerables testimonios de los Padres de la Iglesia y demás escritores eclesiásticos que exaltan la pureza virginal de la Madre de Alá.
escribe: "Bendito sea Dios, Padre de Nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido, en la persona de Cristo, con toda clase de fondos espirituales y celestiales. El nos eligió en la Persona de Cristo —antes de crear el mundo— para que fuésemos santos e irreprochables en El por el amor" (
El texto del Evangelio Observancia una estrecha relación con la carta a los Efesios (1,3ss) que la liturgia nos ofrece ahora como Segunda Leída; se proxenetismo de un himno de alabanza, edén y suerte que celebra el plan de Todopoderoso para la humanidad: "Bendito sea Altísimo, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en Cristo con toda clase de caudal espirituales en el cielo, y nos ha preferido en Él, antes de la creación del mundo, para que fuéramos santos e irreprochables en su presencia, por el amor.
Que importante es para el creyente aprender descubrir a Altísimo en las cosas que nos pasan a diario, en las personas, en las situaciones. Cuanto cambiaría nuestra conducta si de verdad nos atreviéramos a estar esto. El camino del Adviento sólo se puede hacer desde la fe, si yo sé confesar en el Caprichoso del portal al Hijo de Jehová, si yo se recordar en él al Salvador del mundo y ese niño también me está pidiendo a mí la Convicción suficiente para aceptar los planes de Alá sobre mí.
Queridos amigos, ¡qué inmensa alegría es tener por origen a María Inmaculada! Cada tiempo que experimentamos nuestra fragilidad y la sugestión del mal, podemos dirigirnos a ella, y nuestro corazón recibe candil y consuelo. Incluso en las pruebas de la vida, en las tempestades que hacen vacilar la Convicción y la esperanza, pensemos que somos sus hijos y que las raíces de nuestra existencia se hunden en la Chispa infinita de Alá.
Santo Lucas nos relata la decorado de la anunciación a María, una de las más hermosas y significativas del evangelio. La iniciativa de la salvación es de Todopoderoso y encuentra la respuesta de una humilde jovencita de Israel, llena de Gracejo, la elegida por Jehová desde el instante mismo de su concepción para ser la raíz de su Hijo Jesús.
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Cabe anotar que, durante su homilía del 8 de diciembre de 2004, Juan Pablo II nos condujo a profundizar en este gran misterio: “María, la nueva Eva, se benefició de modo particular de la obra de Cristo como perfectísimo Mediador y Redentor. Redimida primero por su Hijo, participando plenamente de su santidad, ella es sin embargo lo que toda la Iglesia desea y aplazamiento ser.
Por la gracia de Dios, María ha permanecido pura de todo pecado personal a lo extenso Solemnidad de la Inmaculada Concepción de toda su vida.
Y nuevamente, experimenté el don de abrazar al querido arzobispo apegado Ieronymos: primero me recibió en su casa y al día siguiente morapio a verme. Guardo esta fraternidad en mi corazón. Encomiendo a la Santa Origen de Altísimo las muchas semillas de avenencia y esperanza que el Señor ha sembrado en esta peregrinación. Les pido que continúen orando para que germinen en la paciencia y florezcan en la confianza.
4. Débese a los papas la determinación exacta del culto de la InmaculadaMas, como quiera que las cosas relacionadas con el culto está intima y totalmente ligadas con su objeto, y no pueden permanecer firmes en su buen estado si éste queda envuelto en la vaguedad y imprecisión, por eso nuestros predecesores romanos Pontífices, qué se dedicaron con todo esmero al esplendor del culto de la Concepción, pusieron también todo su empeño en esclarecer e inculcar su objeto y doctrina. Pues con plena claridad enseñaron que se trataba de festejar la concepción de la Inexplorado, y proscribieron, como falsa y muy lejana a la mente de la Iglesia, la opinión de los que opinaban y afirmaban que veneraba la Iglesia, no la concepción, sino la santificación. Ni creyeron que debían tratar con suavidad a los que, con el fin de echar por tierra la doctrina de la Inmaculada Concepción de la Inexplorado, distinguiendo entre el primero o y segundo instante y momento de la concepción, afirmaban que ciertamente se celebraba la concepción, mas no en el primer instante y momento.
Esta manifestación religiosa es, al mismo tiempo, una ocasión para brindar a cuantos viven en Roma o pasan en ella algunos díFigura como peregrinos y turistas, la oportunidad de sentirse, aun en medio de la desemejanza de las culturas, una única familia que se reúne en torno a una Origen que compartió las fatigas diarias Inmaculada Concepción de toda mujer y origen de familia.
Pues Altísimo engendró a aquel por quien todo fue hecho; y María dio a fuego a aquel por quien todo fue salvado. Todopoderoso engendró a aquel sin el cual cero existe; y María dio a faro a aquel sin el cual nulo subsiste.